jueves, 12 de septiembre de 2013

¡¡¡BUSCANDO!!!

Días de oración y crecimiento personal. 23-29 Agosto.

 
 
 
Hola a tod@s.  Somos dos hermanas Clarisas que vivimos en Llerena, al suroeste de Badajoz.
 
 
Toparnos con la noticia del  Encuentro  en Santa María de Huertas, de la mano de Dolores y Alfonso López-Fando,  resultó providencial.  Fue cuestión de segundos volar del ordenador al teléfono para pedir poder participar. 617 kilómetros (el GPS  es infalible calculando la ruta más corta), atravesando media España,   se hicieron muy llevaderos.
Juntos, Dolores y Alfonso, formando un tándem  perfecto, un combinado que  podría ser definido como el equilibrio de dos fuerzas en la que ninguna se impone. Y, junto a ellos, el grupo… Tan plural, tan heterogéneo como la gente que rodeaba a Jesús: mujeres, varones, monjas,  jesuitas, casadas, solteras, viudas,  curas… Y, por resaltar una figura tenue, suave, discreta, Antonio, el Marianista que, sin hablar con exceso (cosa bastante inusual en los curas) decía mucho y transmitía más. Quedamos muy agradecidas por su presencia y por la manera  de celebrar, ayudándonos a vivir  y a sentir la celebración.
Compartir, celebrar y disfrutar la fe con personas desconocidas,  al principio, ha sido una experiencia muy luminosa que siempre “dice” algo a la vida. Saborear el silencio, despojarlo de miedos y sombras; profundizar la Palabra, dejarla reposar en el corazón y permitirle pro-vocar  las nuestras (palabras)  es uno de los logros de Dolores, con “consecuencias”…
 
 
Hacernos  un poco más con  nosotras, con lo nuestro, con  lo más humano, con eso que somos y que nos habita sin que lo habitemos lúcidamente;  aceptar el  compromiso de seguir trabajando-nos, poniendo en diálogo cuerpo, mente, corazón  y espíritu para poder vivir, al menor para intentarlo cotidianamente, desde el proyecto, desde la elección y el don recibido, fue algo que Alfonso consiguió con un lenguaje cercano, accesible y práctico.

Y por la noche, a “seranear”, como cuando éramos niñas y observábamos a las vecinas arrimar sus sillas de unas y otras hasta formar corro para entablar cálida conversación. Tiempo precioso de recoger experiencias vividas, de compartirlas, de decir y dejar decir, de  guardar en el corazón y en la memoria: rostros, gestos, miradas. Y todo ello en un clima de confianza, porque te fías, y porque l@s otr@s se fían de ti. Y no sientes temor de abrir la vida. Ni que l@s otr@s la abran ara ti.  Darnos la limosna del compartir y poder retirarte a la cama ben-decida, enriquecida. Como dice Casaldáliga, “con el corazón lleno de nombres”.
 
Desde aquí las gracias a las hermanas y la gente que trabajó para que todo saliera bien  ; gracias a Dolores, a Alfonso, a todas y a todos… ¡por todo!

María y María Jesús.


VINE DE LEJOS POR UN AMOR.

Algo te dice que estás cayendo en la rutina. No sólo en el trabajo, sino también en las relaciones personales, las comunitarias, las pastorales. No hay tiempo para pensar, sólo para ejecutar. Actividad, eficacia, eficiencia.

Sientes que poco a poco el corazón cede espacio a la razón y se va endureciendo, deja de ser esponjoso. La “ilusión” pierde luz.

Surge la necesidad de buscar un tiempo para parar y volver al Amor primero.

Un pliego de “Vida Nueva” ofrecía actividades de verano. Entre ellas la semana de Oración y Crecimiento Personal a cargo de Dolores Aleixandre y Alfonso López Fando.

¿Por qué no? ¿Porque voy sola? ¿Porque no conozco a nadie? ¿Porque tengo muy pocos días de vacaciones? ¿Porque mi familia reclama su tiempo? ¿Porque viajar a conocer mundo es una tentación? ¿Porque hay campos de trabajo con empobrecidos más urgentes? Tantas razones

Pero también están las otras razones. Las que empujan a hacer un alto y volver a lo Esencial. Dejar espacio para la serenidad y la paz. Esa Paz de la que dice el Papa Francisco que brota del corazón. “La llevaré al desierto y le hablaré a su corazón (Os. 2, 16)”

Desde lejos: 600 kilómetros separan Granada de Santa María de Huerta, a redescubrir un Amor que viene de lejos.

Una semana de silencio y reflexión. A mi, que me paso la vida entre papeles, negocios urgentes, necesidades inmediatas, documentación, requisitos formales, plazos, …

Una semana para ir sin prisa, con horarios relajados, serenidad, paseo, oración, celebración. Una semana para volverse hacia adentro.

El corazón de Jesús, expresión simbólica de su amor, es siempre fuente fresca y limpia. Y una que es bruja (“Bruja”: Dícese de religiosa o alumna del colegio Sagrado Corazón de Granada) lo sabe desde niña. 

En el camino de la vida un alto para acercarme a la Palabra y a mi propio interior y redescubrir las razones y las intuiciones. En soledad acompañada. En la ternura sobria. En la distancia cercana. En el silencio sonoro.

Y desde ahí, como diría Francisco de Asís “Comencemos, hermanos, que hasta ahora poco o nada hemos hecho”.

Rocío Contreras




 
UN AMOR QUE VIENE DE LEJOS
Días de Oración y Crecimiento Personal
(Sta. María de Huerta, 23-30 de agosto de 2013)
 Marcos, en su evangelio, presenta la fe como la actitud de la persona que, con una carencia reconocida y asumida, no se queda paralizada ni inmóvil, sino que es capaz de ponerse en movimiento, de acercarse allí donde “olfatea” que se halla la Fuente de la Salvación.
Con esta actitud fuimos hasta Santa María de Huerta un grupo de 60 personas, laicas, religiosas y sacerdotes, para adentrarnos, de la mano de Dolores Aleixandre y Alfonso López, en unos Días de Oración y Crecimiento personal. Todas llegábamos reconociendo nuestros cansancios y parálisis, nuestras pérdidas o cegueras… pero también nuestros deseos, ilusiones y búsquedas. Todas, sedientas del Agua Viva que nos llegó, fresca y nueva, a través del compartir de Dolores y Alfonso.
“Un Amor que viene de lejos” ha sido el lema de estos días. Desde la Psicología y desde la Teología Bíblica, Alfonso y Dolores nos han ayudado a revisar y revitalizar nuestra vocación personal a la luz del Espíritu y con la conciencia de que este Amor siempre nos acoge, perdona, alienta e impulsa.
Dolores, con su honda espiritualidad y su sabiduría, nos fue presentando distintos personajes bíblicos y así, de la mano de la mujer enferma de flujo, Bartimeo, Jairo, el paralítico y sus amigos y tantos otros nos acercamos, como ellos, a Jesús de Nazaret, el Señor, con fe y con confianza. Alfonso, desde su gran experiencia como acompañante y sus conocimientos de la psicología humana, nos ayudó a buscar la unidad de todas nuestras dimensiones: cuerpo, cabeza, corazón y espíritu.
Ambos, con gran humor y mucha preparación, hicieron de estos días una experiencia que todos hemos agradecido con todo el corazón. Además hemos disfrutado de los dones que cada uno podía aportar: los estiramientos matutinos que nos ayudaron a preparar el cuerpo desde temprano, la animación litúrgica a través de los cantos o la preparación de las celebraciones de manera participativa y cuidada. Cada detalle, en medio del silencio, para favorecer el encuentro con Jesús de Nazaret, el Amor de nuestras vidas.
Inma Eibe, ccv